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Hola, soy yo, Rouss. No te imaginas lo que me pasó la semana pasada. Conseguí un trabajo de verano en la heladería 32 Flavors, en el centro de Seattle. Es ese sitio absolutamente guay, donde van todos los chicos más macizos del colegio.
En fin, estaba sirviendo nuestra especialidad -- el helado de nueces con miel -- a ese tío realmente mono llamado Chad Michael y sucedió la cosa más embarazosa. De repente, un bicho grande y peludo salió de debajo de mi sombrero, bajó por mi nariz y fue a caer justo encima de su helado. Y -- así de simple -- ¡todas mis esperanzas de que Chad Michael se convirtiera en mi helado de nueces con miel se derritieron! ¡Estaba aterrorizada! ¡Se me subió completamente el pavo y salí corriendo hacia el cuarto de baño con la cuchara todavía en la mano!

Yo me seguía diciendo: "¿Cómo es posible que tuviera un bicho en el pelo?" Es decir... me he duchado, aclarado, he repetido. ¡Lo he hecho todo bien!

Por si te lo estás preguntando, Chad Michael no me pidió que saliera con él. Ni siquiera esperó a que saliese del cuarto de baño y le comentó al encargado lo que había sucedido. Entonces, ¡todos los del trabajo empezaron a llamarme "Lodo de Bichos"! Fue HORRIBLE, así que lo dejé.

Cuando llegué a casa, le conté a Spencer(mi hermano) TODA la historia. Estaba extrañamente CALLADO y tenía esa EXTRAÑA mirada en su cara, como si fuera culpable de algo. Entonces, vi un bicho que era EXACTAMENTE igual al que había salido de mi pelo y se había arrastrado por el mostrador de la cocina. Vi otro en el sofá y... otro en el brazo de Spencer. Después... ¡unos 10 de ellos salían en formación por la puerta, hacia el apartamento de Freddie! Y ahí fue cuando Spencer FINALMENTE confesó. Resulta que Spencer había aceptado secretamente hacerse cargo de la colección de bichos de Socko (chinches, gusanos y otras asquerosas cosas que se arrastran), mientras se iba de crucero por la Antártica. Spencer no me lo dijo, porque ¡sabía que yo iba a FLIPAR! Aparentemente (según explicó Spencer), todo iba bien HASTA que intentó dar de comer a los bichos. Abrió la caja y cuando iba a echar la comida oyó la canción de su programa favorito Judge Trudy. Se fue corriendo a ver la televisión y se olvidó de los bichos. Después del segundo descanso, Spencer se dio cuenta de lo que había pasado y se dedicó el resto del día a intentar devolver los bichos a la caja de Socko.
Lamentablemente, no pudo. Y por esa razón, ¡uno de ellos terminó mi uniforme y se vino a trabajar conmigo! Al final, esa noche tuvimos que llamar al exterminador y Spencer y yo tuvimos que dormir en casa de Freddie, en su litera. Spencer insistió en dormir arriba. Freddie se enfadó muchísimo, ¡porque tuvo que dormir en un saco en el suelo, en la habitación de su madre!